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Nombramientos prematuros del gabinete Biden profundizarían contradicciones en el partido Demócrata

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Nombramientos prematuros del gabinete Biden profundizarían contradicciones en el partido Demócrata

El líder demócrata deberá decidir si pone freno a las ambiciones de los fundamentalistas de la izquierda dentro del partido o si por el contrario termina conduciendo al país hacia un peligroso proyecto estatista y totalitario.

Redacción | Primer Informe

Como era de esperarse, los tentáculos de la era Obama se hacen presentes en los nombramientos de Joe Biden. Uno de los más notables es el retorno de  John Kerry, exsecretario de Estado de la administración demócrata, quien sería el zar de la política climática.

Biden, a quien varios medios de comunicación importantes proyectan como presidente electo, incluyó a Kerry en su equipo de Seguridad Nacional.

Su designación al frente de la política ambiental no es casual. Durante su estancia en el Departamento de Estado dio prioridad a los asuntos ecológicos en la agenda de la política exterior estadounidense.

Su rol más notable fue como uno de los «arquitectos» del Acuerdo Climático de París, del cual EEUU se retiró por mandato del presidente Donald Trump.

La obsesión de Kerry con el cambio climático está registrada desde hace más de una década. En 2009,  cuando se convirtió en presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, ese fue el tema de su primera audiencia.

También negoció una legislación nacional bipartidista sobre el tema.

Kerry quizás tenga que ejercer el rol de apaciguador ante la extrema izquierda dentro del partido. El ala que lideran Elizabeth Warren, Alexadria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar y el mismo Bernie Sanders, pujan por la ejecución de su plan, el descabellado «Gren New Deal».

La iniciativa promueve un endeudamiento masivo para, entre otras cosas, reemplazar por fuentes renovables la energía de todos los edificios residenciales del país en un lapso de 10 años.

También aspiran eliminar todas las emisiones provenientes de medios de transporte. Eso quiere decir la prohibición de los motores de combustión. Incluso planean sustituir aviones por trenes de alta velocidad.

Biden, que no se atrevió a apoyar  el “Green New Deal” abiertamente,  respalda elementos de energía alternativa y habló sobre la eliminación gradual del uso de petróleo y gas.

Sin embargo, se ha contradicho sobre si eliminaría el proceso de fracturación hidráulica, o fracking, para la explotación de yacimientos de hidrocarburos.

La campaña de Biden pedía una «infraestructura moderna y un futuro de energía limpia y equitativa» que se centraría en el uso de energía verde con «infraestructura sostenible».

Todo el plan suena exactamente igual que el Green New Deal, solo que tendría un rango de tiempo cinco años mayor para acabar con el uso de combustibles fósiles y nucleares.

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Biden quien fue escogido como un moderado entre el resto de los precandidatos demócratas parece haberse rendido al fundamentalismo progresista lo que azuzará los enfrentamientos internos dentro de su partido.

La grieta en el partido Demócrata

El ex vicepresidente de Obama ganó la nominación de su partido como el único «moderado» en la carrera.

Pero rápidamente adoptó la plataforma Sanders, la piedra angular de la candidatura de Warren, y la agenda racial más radical en la historia reciente de los Estados Unidos.

La dramática transformación política de Biden delata una maniobra oportunista que considera válida para mantenerse «vigente» con una parte del electorado joven.

Luego de ganar la nominación, se firmó el manifiesto de «Unidad» de Biden-Sanders. Ese documento visualiza el socialismo de un estado de bienestar que lo abarca todo, con prácticamente todas las necesidades consideradas como  derechos garantizados por la financiación de los contribuyentes.

El ala radical de la izquierda demócrata, que se autoproclama como responsable del «triunfo» de Biden, aspira que todas sus propuestas sean líneas rectoras de su gobierno.

Ilhan Omar, una de las dirigentes demócratas más fundamentalistas, dijo que la facción radical que ella dirige se asegurará de que las políticas de Biden no sean demasiado moderadas.

«El presidente es tan exitoso como su colaboración con el Congreso», dijo. «Tendremos una cohorte de progresistas que tienen muy claros sus objetivos de querer la implementación de Medicare para Todos y un Green New Deal y aumentar el salario mínimo y no permitir el fracking”, dijo Omar.

El resultado de eso será aún más rechazo en los estadounidenses que se ubican en el centro del espectro político y se sentían representados por los programas del partido Demócrata.

Esa agrupación sigue siendo mayoría en la Cámara pero el partido sufrió la pérdida de al menos 10 miembros en funciones y no logró despojar de su asiento a ningún republicano.

El partido no pensó en los candidatos moderados cuando abrazó la agenda de la extrema izquierda. Entre ellos, Abigail Spanberger, representante por Virginia que logró una difícil reelección, quien dijo que el programa de los radicales puso en peligro prácticamente a todos los demócratas centristas.

Mientras fortalecen su poder e influencia dentro del partido, el ala más radical de los demócratas avanza en su propósito de marginar en la agrupación a aquellos que tienen tendencias moderadas y que representan a una gran parte de la ciudadanía estadounidense.

Con información de The Daily Signal, The Epoch Times.

 

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