Estas son las empresas expropiadas que está «privatizando» el régimen de Maduro
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La dictadura de Caracas intenta reflotar la economía venezolana y para ello recurre a los dueños originales de las empresas expropiadas o entrega activos a manos privadas en condiciones muy opacas para que sean operados a cambio de regalías.
Redacción | Primer Informe
El régimen de Nicolás Maduro avanza a toda velocidad en un oscuro plan de privatizaciones que busca reactivar el aparato productivo venezolano. Tras 20 años de expropiaciones y corrupción, el dictador comunista se rinde al capital privado.
Para tratar de convencer a los empresarios de aceptar asociarse con él, Maduro ofrece ganancias a cambio de una parte de los ingresos o productos. Así lo reportó el portal financiero Bloomberg.
Son muy variados los activos que están volviendo a manos privadas. Incluyen plantas químicas, procesadoras de café, silos de granos y hoteles confiscados en las últimas dos décadas.
Pero como todo lo que hace Maduro, esta reversión de las expropiaciones no es realmente una privatización.
Los bienes son «transferidos» a operadores privados. La propiedad la mantiene el régimen. De esa forma se constituyen las llamadas alianzas estratégicas.
De acuerdo con fuentes citadas por Bloomberg, el esquema funciona así: Los gerentes cubren la nómina y las inversiones. A cambio, entregan productos y un porcentaje de sus ingresos al gobierno.
Según un exministro chavista: «El estado actúa como supervisor y recibe una compensación».
Aún así, no todas las empresas seleccionadas por el gobierno para asociarse generan interés. Los empresarios locales desconfían de los años de mal mantenimiento bajo la supervisión estatal. También temen las nuevas nacionalizaciones.
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Reactivación agrícola
El cambio se intenta con mayor insistencia en la agricultura. Siempre fiel a su método, Maduro hace las reformas de forma improvisada y desorganizada.
El mejor ejemplo es la dolarización de facto que ocurre en el país. Un fenómeno que deja por fuera a una parte importante de la población que no tiene acceso a la moneda estadounidense.
Ahora, tras 20 años de fracaso, Maduro intenta revertir el pesado legado del fracaso de Chávez. En él se cuentan la confiscación de más de 1.000 empresas y numerosas fincas y propiedades, incluidos activos de multinacionales como Kimberly-Clark, Cemex y Kellogg’s.
Tres años de ensayos
Las alianzas estratégicas comenzaron a formarse silenciosamente en 2017. La publicación el año pasado de la ley anti-bloqueo dio a los acuerdos una base legal, eludiendo regulaciones como los procesos de licitación.
Pero la naturaleza precisa de los nuevos acuerdos, ya sean arrendamientos, licencias o servidumbres, no está clara. La ley prohíbe la divulgación de dicha información teóricamente para proteger a las empresas de las sanciones de Estados Unidos.
Pero se está creando un espacio de total opacidad e impunidad para que siga reinando la corrupción en Venezuela. Y por supuesto, se piensas que los allegados al régimen son los primeros beneficiados.
Una de las empresas que se estaría reactivando bajo manos privadas es Agropatria. Una red de tiendas dedicadas al suministro agrícola que prácticamente no tenía competidor. Chávez la expropió y la llevó a la ruina. Eso perjudicó en última instancia la producción agrícola del país.
Ahora Agrollano 2910 maneja esa red, reporta Bloomberg. Se trata de una empresa agrícola local que invierte casi 150 millones de dólares.
Lácteos Los Andes, un gran procesador de leche y fabricante de bebidas también volvió a la esfera privada también. Lo mismo sucede con dos plantas de procesamiento de granos manejadas por el régimen,
Se suman a ese inventario plantas de leche y café construidas durante el boom petrolero de Venezuela y bajo acuerdos bilaterales con aliados regionales como Cuba, Bolivia, Brasil y Argentina.
Entre 2002 y 2015 se expropiaron un total de 1.322 granjas de ganado, tiendas de alimentos, empresas eléctricas, molinos, fabricantes de vidrio, bancos, supermercados y cámaras frigoríficas. Muchos dejaron de existir y solo quedan unos 700.
Con información de Bloomberg.
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