Un viejo amigo de Chávez quiere volver a gobernar Irán
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El político persa fue el encargado de establecer la influencia de Teherán sobre Caracas y en establecer a Venezuela como un satélite de sus políticas antagonistas con Estados Unidos en América Latina.
Redacción | Primer Informe
Mahmud Ahmadineyad se inscribió como candidato para las elecciones del próximo 18 de junio. El antiguo amigo de Chávez quiere volver a gobernar en Irán.
Ahmadineyad ya intentó volver a la jefatura del Gobierno de Irán en 2017. Ese año fue vetado por el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei. No está claro si ahora contaría con la bendición de la máxima autoridad política y religiosa del país.
En medio del creciente rechazo de la población al sistema, el régimen podría apostar a una figura populista con cierto apoyo en la población más pobre de Irán. Sería una forma de tratar de reanimar a la opresiva dictadura teocrática.
“La gente debería participar en el proceso de toma de decisiones de Irán … Todos debemos prepararnos para una reforma fundamental”, dijo Ahmadineyad mientras inscribía su candidatura.
El político es conocido por sus posturas ultraconservadoras. Por lo que llama la atención que reaparezca en la escena pública hablando de la necesidad de reforma. Sin embargo, el expresidente ya llevaba tiempo intentado reinventar su imagen para recuperar vigencia en la política iraní.
“¿Por qué hay gente que espera que sea el mismo que hace diez años? Nadie debería seguir siendo igual incluso después de dos días”, dijo recientemente durante una entrevista con un portal de noticias afiliado a la televisión estatal.
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Un cuestionado legado
Ahmadineyad, de 64 años, concluyó su segundo mandato presidencial en el verano de 2013, tras ocho años en el poder. Se fue dejando una economía en estado catastrófico, una penosa imagen exterior de su país. Además, terminó enemistado tanto con el estamento clerical como con los liberales.
Su actitud desafiante, e incluso provocadora, ante los intentos de la comunidad internacional de frenar el programa nuclear secreto descubierto a principios de siglo alentó la imposición de sanciones.
Bajo su mandato, Irán estableció relaciones con Venezuela y convirtió al país en un satélite de sus intereses en América Latina.
Sus declaraciones, como negar que en Irán hubiera homosexuales o defender que Israel terminaría por desaparecer del mapa, le ganaron rechazo mundial. La brutal represión de las protestas que desataron su reelección en 2009 terminaron de fracturar internamente al país.
Tras el rechazo de 2017, el expresidente escribió una carta a Jamenei en la que pedía “reformas fundamentales” en los tres poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial. También las pidió para la Oficina del Líder Supremo. Entre su peticiones había un reclamo por elecciones “libres y justas”.
Desde entonces, ha criticado el trabajo de algunos organismos bajo la supervisión del líder, como la radiotelevisión estatal o instituciones financieras. Incluso parece haber reducido su hostilidad hacia Estados Unidos y se muestra partidario de mejorar las relaciones entre ambos países.
Con información de El País.
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