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Los secretos de los manejos de la Cruz Roja venezolana según Iván Simonovis

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Los secretos de los manejos de la Cruz Roja venezolana según Iván Simonovis

Presuntas alianzas con altos jerarcas del poder judicial chavista ayudaron a que el ahora expresidente de la Cruz Roja venezolana se sintiera como un intocable, asegura el ex jefe policial y asesor de seguridad e inteligencia Iván Simonovis.

Jaime Garvett | Primer Informe

El régimen de Nicolás Maduro tomó posesión de la Cruz Roja venezolana el pasado 5 de agosto, en una intervención que ha sido vista con preocupación desde varios sectores del país, especialmente entre las oenegés que hacen vida en Venezuela.

Mientras tanto, las personas que laboran dentro de la institución viven en una angustia por lo que será el destino de la Cruz Roja, a la que consideran también debe refundarse, tras 43 años bajo el férreo mandato del abogado Mario Villarroel.

Públicamente el conflicto que estalló en la Cruz Roja de Venezuela se precipitó tras los señalamientos emitidos por el llamado segundo hombre fuerte de la dictadura de Caracas, Diosdado Cabello, en su programa de televisión, contra Villarroel. Cabello acusó al ahora expresidente de la entidad internacional, de una supuesta política de “abuso de poder”.

Sin embargo, el comisario venezolano y experto en seguridad, exiliado en Estados Unidos, Iván Simonovis, asegura que Villarroel había convivido con el régimen chavista todos estos años debido a alianzas establecidas con altos jueces del Poder Judicial. La debacle vino, según Simonovis, luego de que tocara los intereses de una persona muy cercana a Nicolás Maduro y su esposa Cilia Flores, lo que impulsó su defenestración definitiva.

Para Simonovis, Villarroel “es un lobista que hace esas conexiones entre grupos y gente para poder beneficiarse y todo esto obviamente tiene un costo en dinero bastante alto”.

“Él es –vamos a utilizar la palabra que le encanta decir a muchos-, es de la Venezuela que conocimos, la Cuarta República, una persona que tenía un control importante con el poder judicial, alianzas con los tribunales, con el Tribunal Supremo de Justicia, etc. Eso no cambió; al contrario, la llegada del chavismo fue el caldo ideal para que Mario Villarroel potenciara estas relaciones institucionales”.

El ex comisario de la Policía Metropolitana, quien fue preso político de Hugo Chávez, conoce la historia de Villarroel porque también está ligada a un personaje de los primeros años del chavismo, que sería clave en el destino que vivió Simonovis en Venezuela después de los hechos del 11 de abril del 2002.

Simonovis explica que “uno de los primeros socios de Villarroel fue Eladio Aponte Aponte, el magistrado que en una entrevista dijo públicamente que él recibía instrucciones de Hugo Chávez y que el sistema de justicia en Venezuela estaba controlado desde el Poder Ejecutivo.

“Tanto así que (Aponte) hace mención a los funcionarios de la Policía Metropolitana y mi propio caso, en el que él dice que él recibió órdenes de que fuésemos condenados a la pena máxima y eso fue lo que él hizo. Bueno, ese era Eladio Aponte Aponte quien inclusive huyó de allí diciendo que él no confiaba en la justicia en Venezuela».

Después de la salida de Aponte Aponte, Villarroel se alió con otro magistrado que también era muy influyente dentro del chavismo: Calixto Ortega. “Es así como se ha manejado Villarroel todos estos años”, sentencia el ex comisario.

“Lo que sucedió ahora es un ajuste entre bandas criminales. El señor Villarroel citaba a personalidades a un apartamento en Altamira, y allí abogados, periodistas, empresarios, políticos, todos, se les hacían propuestas para arreglarles situaciones ‘legales’ por montos de miles y millones de dólares. En este proceso algo salió mal porque le pisó los cayos a alguien del entorno de la familia de Nicolás Maduro. Eso trajo desagrado obviamente y ponen a la cabeza de esta operación a Diosdado Cabello, para que salga a hablar en su programa, que es de donde salen las instrucciones y las órdenes para todos los despachos en Venezuela”.

Simonovis dijo que no pudo confirmar el caso específico que contrarió a la alta esfera de la dictadura madurista. “Ellos tocaron el entorno familiar de Nicolás Maduro y CIlia Flores, que tenían que ver con el tema agropecuario”.

En un tuit publicado el 15 de agosto, Simonovis señala que la “guerra de bandas” también sacó a la luz las presuntas extorsiones que llevaba a cabo el abogado.

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El caso de los De Caro

En una entrevista con Primer Informe, Simonovis explicó un caso legal que implicó al bufete de Villarroel.

«Se trata de un señor de nombre Nicolás De Caro, quien con la asesoría de sus abogados abrió unos fideicomisos en Nueva York con Merril Lynch. Cuando el hijo de De Caro, César Augusto, cumple la mayoría de edad, decide viajar a Nueva York para, por instrucciones de su padre, pasar a su nombre una serie de documentos relacionados al mencionado fideicomiso», inició el relato el ex comisario venezolano.

Simonovis agrega que “el joven regresa a Venezuela molesto y sin entender por qué no le permitieron hacer lo que tenía que hacer para tener él la única firma sobre unos depósitos que rondaban los 9 millones de dólares. Él se lo comentó a su papá, el papá no entiende tampoco, se ponen en conversaciones con los abogados, y durante ese lapso de tiempo el señor Nicolás fallece por temas de edad. Pero en el mismo tiempo, durante los siguientes meses el joven César Augusto De Caro lo secuestran”.

“Intempestivamente, aparece una ciudadana de nombre Nohelia Betancourt quien se presenta como concubina de este joven”. Pero según detalla Simonovis, Betancourt es una abogada asociada a Villarroel. Todo este relato está en una carta que envió la hermana de César Augusto De Caro, Milagros De Caro, al Juez tercero de Primera Instancia Civil, Mercantil y de Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, a la que tuvo acceso Primer Informe.

Hasta ese punto no sólo el joven Cesar Augusto De Caro no ha aparecido, sino que su hermana, presentaba denuncias sobre esta situación, incluyendo la polémica sobre la propiedad de un apartamento en Altamira, Caracas, que legalmente era del joven César Augusto De Caro y durante un tiempo ha sido alquilado a la Cruz Roja venezolana, indicó Simonovis basado en el documento redactado por Milagros De Caro.

Primera página de la carta de más de 10 folios enviada por la hermana de César Augusto De Caro a la justicia venezolana ante la polémica por las propiedades de su hermano que quedaron en manos de personas vinculadas al exdirector de la Cruz Roja.

Con esa historia de marco, Simonovis explica “que lo que está sucediendo ahora no es más que las consecuencias de esa carrera criminal que él ha tenido en los últimos 40 años. Yo te digo honestamente, no es normal, no lo es, en ninguna parte del mundo, que una persona pueda vivir de una institución durante 43 años, porque al menos que sea tu empresa, tú no puedes hacer eso, eso crea unos vicios muy fuertes”.

“Inclusive”, insiste Simonovis, “en la misma Cruz Roja ya se habían presentado una gran cantidad de denuncias y de demandas por abusos con empleados, con las mujeres, pagos que no se han hecho, es decir una serie de irregularidades que por donde tu lo mires y por eso es que hoy día es peor”.

De acuerdo a Simonovis, “cuando llegó el chavismo ese hombre tenía casi 20 años ahí, que eran muchos, eso es inaceptable, imagínate después, casi medio siglo dirigiendo la Cruz Roja”.

 

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