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Argentina se precipita a su enésima crisis económica mientras el kirchnerismo logra más poder dentro del gobierno

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Argentina se precipita a su enésima crisis económica mientras el kirchnerismo logra más poder dentro del gobierno

La renuncia del ministro Martín Guzmán, asumió Silvina Batakis, una economista cercana a la vicepresidenta Cristina Kirchner.

Redacción | Primer Informe

La nueva devaluación informal de la moneda que está sufriendo la República de Argentina, bajo la administración de Alberto Fernánez, hizo que el presidente cediera más espacios de poder al ala de Cristina Kirchner. Ahora la expresidenta logra instalar a «su» ministra de Economía, tras la renuncia de Martín Guzmán el sábado, tras una gestión obstaculizada por el kirchnerismo.

Al ministerio ahora llega Silvina Batakis, una funcionaria técnica y de un perfil gris que responde a la vicepresidenta Kirchner. La economista fue propuesta por el kirchnerismo a Fernández en la llamada que sostuvieron para tratar la renuncia de Guzmán.

La carta tuvo algo de inesperada pues el ministro no había dado señales de tener planes para dejar su cargo. Según La Nación, gran parte del Ejecutivo apostaba por la continuidad de Guzmán. Una fuente cercana al canciller Santiago Cafiero incluso aseguró al mencionado diario argentino que «Martín (Guzmán) está firme. Empezaron a operarlo fuerte hace tiepo, pero en la cabeza de Alberto no está cambiarlo y en la de él tampoco irse. Logró un buen programa con el Fondo, reestructuró la deuda privada y tiene agendado conseguir una rebaja con el Club de París. Olvidate»

Pero la larga carta que publicó el ahora ex ministro, no fue improvisada. El borrador estaba redactado desde hace más de una semana. En el grupo de funcionarios cercanos a Guzmán, señalaban que el kirchnerismo los hizo vivir «días imposibles donde nos trababan todo. Ya está», dijeron a La Nación.

Crisis total

La salida de Guzmán llega en medio de una escalada en el precio del dólar que ha llevado a la divisa a cotizarse en precios récords desde el sábado hasta este lunes cuando tocó el techo de 280 pesos por dólar. Además los bonos argentinos cayeron estrepitosamente y el conflicto con los transportistas y agricultores por la escasez de gasoil, empeoran la situación.

La economía cerrará el año con una inflación que oscila entre el 72,6 y el 75,1%, lo que supondría el mayor nivel desde el final de la última hiperinflación, en el primer trimestre de 1991.

La carta de Guzmán da una visión interesante de la situación: “Desde la experiencia que he vivido, considero que será primordial que trabaje en un acuerdo político dentro de la coalición gobernante para que quien me reemplace cuente con el manejo centralizado de los instrumentos de política macroeconómica necesarios para consolidar los avances descriptos y hacer frente a los desafíos por delante. Eso ayudará a que quien me suceda pueda llevar adelante las gestiones conducentes al progreso económico y social con el apoyo político que es necesario para que aquellas sean efectivas”.

Y es que las críticas de la vicepresidenta fueron cada día más explícitas. Según Kirchner las restricciones al déficit y la emisión de moneda acordadas con el Fondo incuban una estrepitosa derrota del peronismo en las elecciones generales dentro de poco más de un año.

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La llegada de Batakis

Batakis fue ministra de Economía de la provincia de Buenos Aires entre 2011 y 2015, bajo el gobierno del también peronista Daniel Scioli. Ahora ocupaba la secretaría de Provincia en el Ministerio del Interior. Su principal valedor es Eduardo de Pedro, el hombre del kirchnerismo en el gabinete del presidente Fernández.

A la nueva ministra se la conoce por tener buenas relaciones con todos los gobernadores, opositores incluidos, debido al cargo en el que estuvo hasta el domingo.

Ante la grave crisis después de la renuncia, Fernández permite la llegada de Batakis para reducir los ataques de Kirchner a su gestión. El presidente está obligado a mantener su supervivencia política para al menos terminar su mandato.

Pero la situación dejó al presidente Fernández más solo que nunca y dejó en evidencia las opciones que le están quedando para ejercer su liderazgo. Mientras tanto, la estrategia de Kirchner de destruir al presidente para despegarse del fracaso de su gestión, dio un paso más.

“Claro está, ahora el debate en ciernes no es quién es el dueño de la lapicera, sino de la cartuchera, porque Cristina maneja casi todo el gabinete y habla de este gobierno como si fuera de la oposición”, describe un todavía ministro de Fernández, según La Nación.

También con información de EL PAÍS.

 

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