Chinos, cubanos y españoles cobraron $13,000 millones para “mejorar” sistema eléctrico en Venezuela

La cifra representa poco menos de la mitad de toda la inversión eléctrica realizada por el gobierno chavista entre 2008 y 2015, de $32,000 millones, con un total de 26 empresas nacionales e internacionales. Sin embargo, las eficacia del trabajo efectuado por chinos, cubanos y españoles en el sistema eléctrico de Venezuela permanece como una gran interrogante.
Unidad de Investigación | Primer Informe
Caracas. Empresas de infraestructura y suministros eléctricos de China, Cuba y España, entre otra media docena de países, jugaron un papel predominante en los contratos otorgados por los regímenes de Hugo Chávez primero, y Nicolás Maduro después, cuya ejecución incompleta o ineficaz pudo haber contribuido al colapso eléctrico en Venezuela.
Si se añaden otras dos firmas de un cuarto país, Brasil, que capitalizaron $9,000 millones para construir proyectos que nunca terminaron, la cifra se incrementa a $22,000 millones en apenas 7 años, a un ritmo de $3 mil millones anuales.
Entre 2008 y 2015, la era de las grandes contrataciones eléctricas en Venezuela, tres empresas chinas recibieron $5,850 millones, dos conglomerados cubanos facturaron cerca de $1,120 millones, mientras que cuatro empresas españolas acumularon $6,040 millones en contratos para desarrollar diversos tipos de soluciones para “mejorar” el sistema eléctrico de Venezuela.
La suma de estos contratos, que totalizaron alrededor de $13,000 millones, representa un poco menos de la mitad del presupuesto de unos $33,000 millones que el régimen chavista gastó en contratos a través de Corpoelec y/o Pdvsa, y con recursos propios o provenientes de fuentes como el Fondo Chino, financiado con dinero de Beijing; la Corporación Andina de Fomento (CAF), y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre otras fuentes.
Según expertos, los contratos eléctricos pobremente supervisados han sido una parte crucial del problema pero no el único.
“Venezuela tenía un vigoroso sistema eléctrico pero estos señores lo destruyeron por la falta de mantenimiento”, cuestionó Winston Cabas, presidente de la Asociación Venezolana de Energía Eléctrica, Mecánica y Afines (Aviem), refiriéndose a las autoridades del chavismo que manejaron la crisis eléctrica.
Las cifras surgen de un detallado estudio realizado por especialistas de la Universidad Simón Bolívar (USB) con sede en Caracas, y de documentos gubernamentales a los que Primer Informe tuvo acceso.
De acuerdo a la investigación dirigida por el académico Juan Bermúdez, profesor de la Fundación de Investigación y Desarrollo de la USB, las firmas chinas fueron contratadas para generar 2,840 megavatios de electricidad, a un precio que osciló entre $1.97 millones y $2.16 millones por megavatio, cifras por encima del promedio internacional.
En el caso de Alba Cuba, el contrato abarcó la generación de 1,000 megavatios, a un costo de $970,000 por megavatio, una de las tarifas más bajas. Hubo otros contratos eléctricos pero los detalles han sido mantenidos bajo estricta confidencialidad.
El sistema eléctrico de Venezuela se venía alimentado de fuentes diversas, siendo la más abundante la energía térmica, que antes de la crisis de apagones recientes, generaba el 76% del total de 16,354 megavatios de capacidad que tiene el sistema, de acuerdo al estudio.
El restante 24% se divide entre 16.35% de origen hidráulico (dominado por el Complejo Manuel Piar-Tocoma), y un 6.1% por “generación distribuida”. Sólo el 1.07% de la energía es por generación eólica o por vientos. La fuente proveniente de la energía solar no juega un papel significativo en el sistema eléctrico nacional.
La danza de los millones
Por razones de afinidad ideológica y política, la mayoría de los contratos fueron a gobiernos considerados aliados por el régimen chavista: la Cuba de los hermanos Castro, la China de Hu Jintao y Xi JInping, el Brasil de Dilma Rousseff y la España de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy.
Las tres empresas chinas más beneficiadas fueron Synohydro, CMEC (China Machinery Engineering Corporation (CMEC), y China CAMC Engineering Co, Ltd. Cuba contrató mediante dos empresas: el grupo cubano Alba Cuba y la llamada Misión Energética Cubana, que se llevó al bolsillo $148 millones en sólo 15 meses –entre septiembre de 2014 y diciembre 1015-, por trabajos para ampliar la capacidad del servicio eléctrico en Venezuela cuyos resultados son desconocidos hasta ahora.
No se sabe a ciencia cierta si Venezuela pagó otros dineros a Cuba, que desde 2010 envió a Venezuela al supuesto “experto” en sistemas eléctricos, el comandante Ramiro Valdés, mejor conocido por sus habilidades para reprimir violentamente a opositores y disidentes del régimen de La Habana.
De acuerdo al estudio de la USB, que por procedimiento sólo se limitó a analizar la capacidad “contratada” por el régimen en la llamada “emergencia eléctrica nacional” 2008-2015, sin revisar la ejecución de tales contratos, China y Cuba no fueron los mayores receptores de contratos con el régimen chavista.
Brasil encabezando la lista de beneficiados con los contratos más altos. Dos empresas brasileñas –Odebrecht y Alba Solar-, obtuvieron casi $9,000 millones para megaproyectos que nunca fueron concluidos en su totalidad.
Sólo Odebrecht recibió fondos por $8,760 millones, la mayoría para el desarrollo de proyectos hidroeléctricos, para un total de 2,160 megavatios contratados, un 13,21% de los megavatios totales contratados entre 2008 y 2015.
Al lado de los brasileños se ubicaron los españoles, que recibieron poco más de $6,000 millones a través de cuatro firmas. La más beneficiada de estas cuatro firmas fue la cuestionada Duro Felguera ($2.73 mil millones), seguida de Elecnor ($2.45 mil millones). Las dos restantes recibieron montos moderados: TSK facturó $740 mil, mientras que Gamesa firmó contratos por $160 mil.
Otros contratos
Las contrataciones realizadas por Corpoelec y Pdvsa abarcó empresas provenientes de una decena de países: Alemania, Argentina, Estados Unidos, Francia, Colombia, España, Brasil, Cuba, China y Venezuela.
Las empresas que recibieron mayores contratos entre 2008 y 2015 fueron la brasileña Odebrecht ($8,758 millones, 27% de los contratos), y la española Duro Felguera ($2,730 millones, 8.3% de la inversión total).
Sólo Brasil consumió casi $9,000 millones del presupuesto total de la llamada crisis eléctrica entre 2008 y 2015, según un estudio de la Universidad Simón Bolívar.
La tercera empresa que más recibió contratos fue la venezolana Pacific RIM Energy, propiedad del empresario venezolano Majed Khalil Majzoud, considerado un aliado del dirigente chavista Diosdado Cabello, con un total de $2,651 millones, 8% de la inversión total. Majzoud ha estado implicado en una serie de operaciones y contratos cuestionados tanto en Venezuela como en Estados Unidos.
En el cuarto lugar se ubicó la china Sinohydro, que facturó $2,600 millones, 7.9% del total. En el quinto lugar se posicionó la española Elecnor, con $2,450 millones (7.5%), seguida en el sexto lugar por la china CMEC, que ganó contratos por $2,200 millones (6.7%).
La séptima empresa en recibir más contratos fue la venezolana Derwick Associates (DA), con $1,526 millones, según el estudio de la USB. DA ha estado envuelta en diversas acusaciones de presunta corrupción en contratos con el régimen venezolano, pero ventilados principalmente en tribunales de Estados Unidos, que no han producido resultados definitivos hasta ahora.
El resto de las diez primeras firmas con más contratos eléctricos con el sector público en Venezuela son la alianza de las firmas Energing (Colombia) y TSK (España), con un monto combinado de $1,472 millones; la venezolana Inserven C.A., con $1,070 millones en participación; y la china CAMCE, con facturación de $1,045 millones, según la investigación de Funindes.
Las firmas norteamericanas obtuvieron pequeños contratos en comparación con las provenientes de otros países. Waller Marine, con sede en Texas, recibió $490,000 en contratos; y ProEnergy, con sede en Missouri, obtuvo contratos directos por $140,000 según el estudio de la USB.
En su conjunto, las empresas venezolanas obtuvieron contratos por casi $8,000 millones, mediante un total de nueve firmas.
Entre las que obtuvieron contratos estuvo una pequeña firma de nombre Profit Corporation C.A., que facturó apenas $34.35 millones. Profit Corporation es propiedad del empresario Samark López, acusado por Estados Unidos de actuar como testaferro del dirigente Tarek El Aissami. Ambos están sancionados por el Departamento del Tesoro norteamericano.
Costos por megavatios
En término de costos por megavatio generado, las cotizaciones más costosas provinieron de la brasileña Odebrecht ($4 millones por MW), la argentina IMPSA ($2.65 millones por MW), y Duro Felguera ($2.53 millones por MW).
Entre las más baratas para generar energía eléctrica se encontraron la norteamericana ProEnergy Services ($820,000 por MW), el Convenio Alba-Cuba ($980,000 por MW), la francesa Alstom Power ($980,000 por MW), y las venezolanas Inserven ($1.03 millones por MW) y Derwick Associates ($1.27 millones por MW).
En general, el costo por megavatios ofrecido por las firmas chinas fue alto: entre $1.97 millones y $2.16 millones, según el estudio de la Universidad Siimón Bolívar.